CÓRDOBA, VERACRUZ. El terror se muda a la puerta de los funcionarios. En un acto de violencia desmedida, René Vergara Vergara, director del penal de mediana seguridad de La Toma, fue asesinado esta mañana frente a su casa. El ataque ocurrió en el fraccionamiento Circuito Villa Verde Norte, mientras abordaba una camioneta oficial.

Dos hombres en motocicleta se acercaron y le dispararon a sangre fría. A pesar de la rápida llegada de paramédicos, el funcionario ya no presentaba signos vitales, con al menos nueve impactos de bala en su cuerpo.

La brutal ejecución no es un hecho aislado. La violencia en los penales de Veracruz es una constante que ya ha cobrado varias vidas.

Un patrón de violencia que no se detiene

Hace apenas dos semanas, un motín en el penal de Tuxpan dejó un saldo de nueve muertos y diez heridos. Un mes antes, el director de ese mismo penal, Antonio Huesca Figueroa, fue también asesinado.

Los diagnósticos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) revelan una situación crítica: seis de los 17 centros penitenciarios de Veracruz tienen calificaciones reprobatorias. En el caso específico de La Toma, la CNDH ha documentado un autogobierno rampante, con actividades ilícitas y cobro de cuotas.

Este asesinato no solo apunta a un ataque personal, sino a una falla sistémica en el control de las cárceles veracruzanas. La pregunta que queda es: ¿hasta cuándo se va a detener esta ola de violencia?