
Cuando la tragedia se ensucia: Poza Rica frente a la tormenta y el oportunismo político
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octubre 20, 2025A más de una semana de las inundaciones, Poza Rica no logra recuperarse y enfrenta una nueva crisis: la acumulación de desechos. El lodo hasta la rodilla y las pilas de basura han desatado una pugna entre vecinos: mientras unos están desesperados por sacar los escombros de sus casas, otros se niegan a recibirlos, temiendo convertirse en focos de infección. La falta de respuesta oficial ha obligado a los ciudadanos a improvisar tiraderos, causando enfrentamientos incluso con la Guardia Nacional y provocando la protesta de municipios aledaños que rechazan ser el basurero de la ciudad.
La ciudad de Poza Rica, ya devastada por recientes inundaciones, enfrenta ahora una nueva crisis: la montaña de basura, lodo y escombros que amenaza con desatar un conflicto entre sus propios habitantes.
Tras una semana del desastre, muchas colonias (como Lázaro Cárdenas o Infonavit Gaviotas) siguen cubiertas por gruesas capas de lodo y desechos que nadie puede manejar. La desesperación de quienes intentan limpiar sus casas a cualquier costo está chocando con el hartazgo de otros que se niegan a recibir la basura en sus predios.
Los vecinos están divididos entre la urgencia y la solidaridad. Quienes sufren el hedor y el riesgo de infecciones (como en La Floresta, donde la gente se ha visto obligada a bloquear calles e incluso contratar maquinaria privada) insisten en que la autoridad debe resolver el problema y llevar los escombros a donde sea, aunque perjudiquen a otros.
Por otro lado, la improvisación de tiraderos en espacios comunitarios, como un campo de fútbol en el fraccionamiento Óscar Torres Pancardo, ha provocado la ira de los vecinos. Algunos piden paciencia, pero otros, como Félix Cabrera, lamentan la destrucción de áreas que han cuidado por años. Este conflicto ha escalado a tal punto que ha habido confrontaciones («agarrón») entre colonias, obligando incluso la intervención de la Guardia Nacional para reabrir el paso de los camiones.
La inconformidad ha trascendido las fronteras de Poza Rica. En el municipio vecino de Coatzintla, los pobladores se organizaron y bloquearon el acceso para impedir que su territorio se convirtiera en el basurero de la ciudad inundada, bajo la consigna: «No se limpia una ciudad ensuciando otra.» El problema persiste, y lo único que exigen los afectados es que, una vez terminada la emergencia, las autoridades no dejen el desastre como un «monumento a la inundación.»



